Capítulo 2: Restaurante de la Soledad

A la mañana siguiente...

Nervioso: ¡¡¡¡Elviraaaaaaaa!!!!

Elvira: ¡¡Oh Gnubb mío!! ¿¡Qué demonios pasa!?
¡N-n-n-nada! Sólo tengo hambre. Llevo d-desde que me escapé de casa de los Panero sin comer. Mmmm... panero... pan...
Okay Nervioso, tienes razón, yo también tengo un poco de hambre. ¿Tienes algo de dinero? Podríamos comprar ensalada de otoño en alguna parte.
No tengo nada, ese maldito Loki nunca me dio nada...
Hmmm vale. Busquemos algo por ahí.

¡Eh Nervioso! ¿Has visto ese edificio? Seguramente podamos encontrar algo ahí.
Es un comedor de beneficencia abandonado. 
Vaya... ¿está todo abandonado aquí?
Prácticamente sí. Las Rarezas es un sitio en el que no suelen prosperar los negocios...

¡Oye, pues no está nada mal! Quizá podríamos sacar provecho de este sitio.
¿A que te refieres?
A ver... es un comedor... sin dueño... ata cabos.
¡Olvídate de adivinanzas, se me acaba de ocurrir algo mejor! ¡¡Montar u-u-un rest-taurante!!
... ¡Oh que buena idea! No se que haría sin ti, Nervioso...
¿Has visto? Dios mío, ¡soy brillante!
Ehm... sí, ya. Bueno, el negocio lo tenemos. Pero tenemos que buscar comida ahora mismo. 
¿Yo se un sitio al que podemos ir!

Un rato después...

¿¡En serio!? Yo era una dama, una mujer elegante y sofisticada. Hace unos días estaba jugando al minigolf  y aquí me veo ahora. ¡Chatarrera!
Calla y c-come, ¡aquí hay un trozo de solomillo sin apenas gasolina! Y con el dinero que s-saquemos con la chatarra podremos comprar ingredientes para abrir hoy el restaurante.
¿Y por que no compramos nuestra comida también con ese dinero? Tengo papel en la boca...
También es buena idea...

Elvira y Nervioso se llevaron horas buscando entre la chatarra. Recaudaron 100 Simoleones y con eso compraron ingredientes para el restaurante, productos de limpieza para el local, y sobró para que Nervioso se comprase un gnomo de jardín.

Oye, pues no ha quedado tan tan mal, ¿no?
S-sigue pareciendo un comedor de gente pobre... p-pero con el tiempo igual nos acost-t-tumbramos...
No tonto, ¡con el tiempo compraremos muebles mejores!
¡¡E-elvira!! ¡¡Clientes!!

¡Oh! ¡Hola! ¡Soy Elvira, y seré su camarera! Perdón por la emoción, ¡pero sois nuestros primeros clientes!

General Ring Ring: ¡Cállese! No tenemos tiempo para charlitas sin sentido. Tenemos mucho que entrenar hoy. Mi hijo Fofo necesita un correctivo. Y no hablemos de Tito... en fin. ¡Denos una mesa ya!

Vaya, qué brusco... Vale, síganme. Puede ir diciéndome lo que vais a tomar.

Sólo comeré yo. Mis hijos vienen a mirar. Es parte del correctivo. ¿Verdad Tanque?

Tanque: ¡Sí señor!

Traiga unos gofres. Los quiero en menos de 10 minutos o habrá problemas.

Ya, sí... vale, seremos lo más rápidos que sea posible.

9 minutos y 25 segundos después...

¡Aquí tiene, General!

 Perfecto. Debo admitir que tiene buena pinta.
¡Gracias!

Pero esto... esto... ¡esto sabe a mierda! ¡Os la habéis ganado! ¡¡¡¡Os vais a enterar de lo que es un General lleno de ira!!!! ¡¡Es usted una incompetente! 
¡Ya está bien! ¡Es usted un grosero! Si no le gustan los gofres, dígalo con educación y el chef le preparará otra cosa. ¡Con educación se consiguen muchas más cosas! Y no de su forma, ¡que es un monstruo!

¡¡Eh tú!! ¡No te metas con mi padre! (La empuja)
Tito: ¡Para Tanque! ¡No seas bruto! ¡Deja a la señora en paz!
¡¡No les hagas caso, Tanque! ¡Dale duro a la tía esta!

¿Cómo? ¡Nervioso ayúdame! ¡¡Socorro!! 

¡¡¡Eh!!! ¡¡D-d-dejad a Elvira!! ¡¡energ-g-gúmenos!!
¡¡Tú calla!! (Ring-Ring abofetea a Nervioso)

¡¡¡Ahhh!!! ¡¡Elvira corre!!

¡¡No!! ¡¡Fuera de aquí todos!! ¡O cogeré mi revólver!
¿¡Revólver!? Está bien cadetes. ¡Retirada!

Un rato después...

Uff... menos mal. Si me hubiesen plantado cara no se qué revolver hubiera sacado. Habría tenido que atacarles con un zapato...
Tito: hmmm.. hola.
¡Oh! ¡Qué quieres tú! Ya os dije que no quería veros por aquí!
¡No! Espera... cálmate. Mi hermano pequeño y yo no somos como mi padre y mi hermano mayor. Te quería pedir disculpas por el espectáculo que han dado.
Vaya... muchas gracias por tomarte las molestias. ¡Está todo olvidado! Pero asegúrate de que no vuelvan por aquí, no quiero problemas. Por cierto, me llamo Elvira. ¿Y tú?
No te preocupes. Yo me llamo Tito. Pareces una forastera. ¿Me equivoco?
¿Cómo lo sabe todo el mundo? Sí, soy de Vista Gentil. Ayer llegué aquí sin saber cómo. Me desperte en mitad de este sitio y lo último que recuerdo es haber estado de noche en casa de un amigo.
Vaya... qué raro. Creo que se quién te puede ayudar. 

EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO...